Dios está interesado tanto en nuestra salud física como espiritual y por eso nos llama a tomarnos un día libre cada semana. Ese día, sábado o sábado, debemos descansar de nuestros trabajos y honrar a Dios.
Desde el comienzo mismo de la creación, Dios le dio importancia al sábado. Génesis 2: 1-3 dice:
Fueron, pues, creados los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay. Cuando llegó el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo santificó, porque en ese día tomo descansó de toda su gran creacion.
(Génesis 2: 1-3)
Dios consagró el sábado, lo separó como un día de descanso, no porque lo necesitara, sino para mostrarnos la importancia de guardarlo. El día de descanso debe usarse para buscar la presencia y el descanso de Dios. Tenemos los otros días de la semana para trabajar, pero el sábado debe ser para recargar baterías y buscar la presencia de Dios de una manera especial.