CARNE
La palabra hebrea «basar», en su sentido fisico, designa el cuerpo, sea humano (Gn. 40:19) o animal (Lv. 6:27). Significa lo exterior del hombre (Gn. 2:21; ex. 4:7; Lc. 24:39; 1 Co. 15:39); su naturaleza humana, que puede, a veces, dominarle con gran perjuicio del amor, y por ello responde por cuerpo, vitalidad (1 Co. 5:5, 7:28; 2 Co. 12:7; tambien en relacion con la redencion; Col. 1:22; Ro. 2:28 s; Ga. 6:12 s; Jn. 6:51-56); designa la persona humana (Jn. 1:14; 1 Ti. 3:16; 1 Jn. 4:2).
«Carne» significa: la comunidad de los individuos: Gn. 2:23 s; Mr. 10:8; 1 Co. 6:16; de los parientes: Gn. 29:14; Jue. 9:2; del pueblo: 2 S. 5:1 y la unidad de los hombres (Is. 40:5; Jer. 25:31; Jn. 17:2; Ga. 2:16).
Con frecuencia aparece la expresion «carne» al hablar de la vida del hombre y de su posicion frente a Dios: la carne tiene corta vida (Is. 40:6), es debil (Is. 31:3), no se puede confiar en ella (Jer. 17:5), esta condenada a muerte (Ro. 8:13), por si misma no puede conocer los misterios de Dios (Mt. 16:17), cae en la tentacion (Mt. 26:41); es el ambito por lo que respecta a la manera de pensar (1 Co. 2:1-16; 2 Co. 5:16) y de vivir (Fil. 1:22, 24), propio del hombre «terreno» meramente
«humano».
La expresion «carne», en sentido moral, significa la oposicion a Dios. «Carne» designa a aquel que quiere obrar su salvacion solo, por si mismo, sin Dios, aunque hable mucho de el; que pone su esperanza en ventajas terrenas (2 Co. 11:18), en su propia ascesis (Col. 2:18, 23); que cae en pecado en el momento menos pensado (Ro. 7:14), en enemistad con Dios (Ro. 8:7), en toda forma posible de fracaso (Ga. 5:19 ss).
Reducir la significacion de «carne» solamente a lujuria es falso y peligroso, pues «carne» significa mas bien toda actuacion del hombre con la cual este cree poder salvarse definitivamente a si mismo sin Dios. Carne y espiritu estan enfrentados (Jn. 3:6; 1 P. 3:18); Pablo describe la
«carne» como un poder personal con sentimiento y actividad propios (Ro. 8:5 ss; Col. 2:18), contrarios al Espiritu de Dios (Ga. 5:17, 24); actua arbitrariamente segun sus propios instintos.
Los cristianos son aquellos que andan, no segun la carne, sino segun el Espiritu. Andar segun la carne es opuesto a vivir segun el espiritu (Ga. 4:3; Col. 2:8-20), segun el Señor (2 Co. 11:2), segun el amor de Dios (Ro. 14:15). Los elementos de este mundo son contrarios, es decir, claramente designan actitud contraria a Dios.
Cuando Pablo apostrofa a los cristianos de Galacia: «Habiendo comenzado en Espiritu,
¿habeis venido a parar en la carne?» (Ga. 3:3) no se refiere a una caida en la sensualidad, sino a un retorno a las observancias legalistas del judaismo. La carne, («sarxs» en griego), esta excluida de la participacion en el reino de Dios, mientras que el cuerpo, («soma» en griego), transformado, es decir, arrancado del dominio de la carne («sarxs»), sera portador de vida resucitada. Esta distincion importante estriba en que «soma» es, precisamente, el hombre mismo, mientras que la
«sarxs» es un poder que le somete y esclaviza. Por ello, San Pablo puede hablar de una vida «segun la sarxs», pero no de una «segun el soma». El cuerpo sera transformado en incorruptible e inmortal, pero la carne no tendra participacion alguna en la futura vida con Dios. (Vease HOMBRE, SANGRE, VIDA).