Si asistes a la iglesia para sentarte y solo quieres la palabra sin tener primero comunión con Dios no tendrás un corazón
completo para Él. Primero tienes que ministrar al Señor con tu voz cantándole y adorándole, no esperes que te ministre Él primero.
Todo es bello y espiritual con orden. Ministrar a Dios es lo mejor que hay, después Él te ministra con la palabra que le da al siervo.
Alabar a Dios es cuando te metes en el papel, es lo más importante. Dios te ha dejado un hueco, úsalo.
2 Pedro 3:15-18
Si alguno espera al Señor debe hacerlo en santa y piadosa manera de vivir. Es un
cómputo de corazón valorando a los demás. Pablo en todos sus escritos anunciaba el
regreso de nuestro Señor Jesucristo en el aire y arrebatamiento de la Iglesia. Lo que
Pablo dejó escrito nadie lo vio en el primer siglo, pero hoy podemos sentir que el Señor
está cerca.
Los indoctos e inconstantes son los que no crecen, no buscan a Dios, no son
perseverantes y van a lo suyo. Cuando se tuerce las Escritura la persona se pierde. Los
inicuos son los que se quedan, vigila que no te enganche ninguno de estos para no caer
de tu firmeza y entendimiento en Cristo.
En la gracia tienes que crecer, regocijándote, desatando en tu interior el Espíritu, Jesús
es tu filosofía, mírale a Él y resplandecerás.
1Corintios 15:19 – Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos
de conmiseración de todos los hombres.
Esperar en Cristo es esperar en su palabra alimentándote para crecer. Los dignos del
Señor son los más privilegiados, si tienes la gracia y el don de Dios tienes que saber
usarlo. ¿ por qué no brilla el sol sobre ti? Porque no eres entendido de lo que quiere
enseñarte Cristo. El amor de la salvación es para todos por igual, pero lo demás ya no es
todo por igual, es según siembras.
Timoteo destacaba más que los demás, Siles también y Tito destacaba en la alabanza.
Siempre habrá alguien que destaque, pero en silencio y sin hacer ruido, estas personas
no son molestas, no se ofenden porque tienen la gracia derramada. Se te ha dado gracia
de salvación, pero no la gracia derramada. Cuando la gracia es derramada sobre ti eres
como un ángel que no se ofende, no te enfadas fácilmente, pero para ello es necesario
crecer en la gracia. El Espíritu Santo toma a la persona llena de gracia como una hoja y la
mueve hacia dónde Él quiere. Si la gracia NO obra en ti eres como una piedra y el Espíritu
no te mueve, no buscas ni te arrepientes ante Dios. El Espíritu Santo te anhela
celosamente, así que debes vivir en el celo de Dios deseando ser el primero delante de
su presencia. Tienes que buscar la palabra como la miel que destila del panal, Jesús para
ti debe ser dulzura, alimento y maravillas. Acércate y Él se acercará.
La amistad del mundo es enemistad contra Dios, los que aman las cosas del mundo y se burlan de Dios nunca podrán ser
amigos de Dios, y el que se considera amigo del mundo también es enemigo de Dios. Tienes que aprender a no dejarte pasar nada
a ti mismo marcando bien el paso.
El domingo es el día de la llenura, para irte con la cesta llena. Aprende a dar para recibir, la gracia tiene que reinar, significa que
si tienes un nivel de gracia debes evitar caer de ella.
Si tu alma suspira por Jesús es que sabes que está vivo y Él permite que su Espíritu haga cosas dentro de ti. Cuando estás dentro
de una multiforme gracia sientes más que un temblor. Él quiere sensibilidad, tu corazón interior no es tu cuerpo ni tu mente natural,
es un misterio. El que más faltas trae a la iglesia, Dios le da más, los miembros más débiles del cuerpo son los que mejor debemos
cubrir y vestir.
El Espíritu Santo te lleva a la adoración y a través de la sangre de Cristo te limpias. Brillas más cuanto más tiempo pasas en
comunión con los hermanos y la sujeción del pastor. Dios NO te va a escuchar si no tienes comunión con tu pastor. Si no amas a tu
pastor no amas a Dios, no cualquier pastor, pastores que han practicado y son conforme al corazón de Dios. Cualquiera se puede
llamar apóstol o profeta, pero no todos lo pueden ser.
Jesús es tu redentor y soberano Dios, los amigos de Jesús son los que oyen, guardan y practican. Así que no trabajes para el pan
que muere, trabaja para el pan de vida eterna que es Jesús quien te lleva a la Salvación.
Efesios 1:9-14
Hacer la voluntad de Dios es un misterio. El reunió todas las cosas para juntar a sus ovejas y dar la vida por ellas. Somos entonces
herederos de Él, y estamos sellados con el Espíritu Santo siendo predestinados para el rapto para cuando Cristo venga.
Tenemos tres trompetas que escuchar antes de su regreso, la primera es estar levantado (vaciarte del mundo), la segunda es
estar firme y la tercera es subir cuando escuches la voz de Cristo que te llama, pero la tercera no la escucharás si no tienes las dos
primeras. Aprende a escuchar la primera trompeta que es el pastor, quien te avisa y te dice que te prepares para luego estar firme,
entonces estarás preparado para escuchar la tercera trompeta que es Jesucristo que te llama para subir. Hemos sido comprados
por Jesucristo, somos su posesión, para nuestra salvación en alabanza de su gloria.
Ten cuidado que el enemigo no te hiera y pierdas la fuerza, tienes que ser libre cuando entras a la iglesia, libre de todo lo que te
rodea, vive libre de lo demás para ser preso de Jesús y camine contigo, si no lo haces siempre estarás dependiendo de todos
menos de Dios.
Levantados, firmes y subir. La primera trompeta es el pastor que te advierte que te prepares. Amén.