ESPERANZA
Es descrita como la espera de algo que no se ve, pero que ha sido prometido (Ro. 8:24, 25). Bienaventurado es el hombre que tiene su esperanza puesta en el Señor; aunque surjan tribulaciones no dejara de llevar fruto (Jer. 17:7, 8).
No hay vaguedad alguna en la esperanza del cristiano: se trata de una firme ancla para el alma, porque el Señor mismo es su esperanza, y Cristo en el, es la esperanza de gloria (Col. 1:27; 1 Ti. 1:1; He. 6:18, 19).
La venida del Señor, no la muerte, es la esperanza bienaventurada del cristiano (1 Ts. 4:13-18; 1 Jn.
3:2, 3).