HOLOCAUSTO
(heb. «Olah», «Alah», «hacer ascender»).
Se traduce holocausto, transcripcion del termino griego usado en la LXX y en el NT griego
«holokautos», y denota quemar totalmente. Se refiere a la combustion total de la victima ofrendada, despues de haberse impuesto sobre ella las manos y degollada a continuacion.
Segun la ley ceremonial israelita, se tenian que ofrecer dos holocaustos a diario, uno por la mañana y otro por la tarde, lo que recibe nombre de «holocausto continuo».
Tambien habia holocaustos adicionales, ofrecidos por los fieles en cumplimiento de diversas leyes con respecto a ritos de purificacion.
(Vease SACRIFICIOS.)
Tipologicamente, representa a Cristo presentandose a Si mismo de acuerdo con la voluntad divina para el cumplimiento del proposito y mantenimiento de la gloria de Dios alli donde se advertia pecado. En el tipo, la victima y el ofrendante eran esencialmente distintos, pero en Cristo los dos estaban necesariamente combinados. La ofrenda ofrecida en holocausto, cuando no estaba obligatoriamente prescrita, era ofrecida para la aceptacion de alguien. La expresion «de su voluntad» en Lv. 1:3 tiene una mejor traduccion como «la ofrecera para su aceptacion». La victima podia ser macho de las manadas, o de las ovejas o cabras de los rebaños, o bien una tortola o un palomino, segun la capacidad economica del ofrendante, o el aprecio que tuviera de la ofrenda. Estas ofrendas eran diferentes en grado, pero del mismo tipo. El macho es el tipo mas elevado de ofrenda; no se menciona ninguna hembra en la ofrenda de holocausto.
Despues que el ofrendante hubiera puesto sus manos sobre la victima, le daba muerte (excepto en el caso de las aves, que eran muertas por el sacerdote). De Lv. 1 pareceria que tambien era el ofrendante quien la desollaba, descuartizaba y lavaba sus intestinos y patas en agua; pero las expresiones usadas pueden tomarse en un sentido impersonal: «el holocausto sera desollado, y sera dividido en sus piezas», etc. (v. 6). Estas funciones pueden haber sido llevadas a cabo por los sacerdotes o por los levitas. (Los levitas desollaban los sacrificios cuando habia pocos sacerdotes; cfr. 2 Cr. 29:34). El sacerdote rociaba la sangre alrededor del altar y, excepto la piel, que quedaba para el sacerdote, todo el animal era quemado como olor grato sobre el altar. Hacia expiacion por el ofrendante, que hallaba aceptacion en base a su valor. Tipologicamente, es figura de Cristo en su perfecta ofrenda de Si mismo, siendo probado en lo mas hondo de su ser
por el fuego escudriñador del juicio divino (Lv. 1). (Este aspecto de la cruz se ve en pasajes como Fil. 2:8; Jn. 10:14-17; 13:31; 17:4; Ro. 5:18, etc.).
En Lv. 6 se da la ley del holocausto: «El holocausto estara sobre el fuego encendido sobre el altar… no se apagara» (Lv. 6:9, 13). Esto se refiere a los corderos de la mañana y de la tarde; constituian un holocausto continuo (ex. 29:38-41). Se debe señalar que era «toda la noche, hasta la mañana» (aunque era perpetuo), indudablemente para señalar que Cristo es para Israel siempre olor grato a Jehova, incluso durante el presente periodo de tinieblas y olvido de Israel. Aaron tenia que ponerse sus vestiduras de lino para quitar las cenizas del altar y ponerlas «junto al altar». Despues se cambiaba los vestidos de lino por otras ropas, y llevaba las cenizas fuera del campamento. Las cenizas constituian la prueba de que el sacrificio habia sido totalmente aceptado (Sal. 20:3, lit.: «encenice tu holocausto»; cfr. la version de Reina 1569). Por «la mañana» Israel conocera que su aceptacion y bendicion es mediante la obra de su Mesias en la cruz. El sacrificio diario era ofrecido por el sacerdote actuando por toda la nacion, y presenta tipologicamente la base de sus bendiciones y privilegios. De ahi que la fe le diera un gran valor (cfr. Esd. 3:3; Dn. 8:11, 13, 26;
9:27).