Este comando cubre más de lo que podemos imaginar. Para empezar, aclare que no debemos usar el nombre de Dios sin considerar cuidadosamente lo que estamos diciendo. Hay muchas frases comunes en nuestra sociedad que muestran una enorme falta de respeto por Dios. ¡Ni siquiera deberíamos pensar en decirlos! Obviamente, no debemos maldecir, blasfemar o hacer juramentos en el nombre de Dios.
Hay otro tipo de frases que usan el nombre de Dios como exclamación o para expresar el deseo de que se haga algo. También debemos tener mucho cuidado con estas frases y evitarlas. El nombre de Dios debe ser alabado y santificado en todo momento (Mateo 6: 9; Salmo 29: 1-2). No importa cuánto lo acepte la sociedad, nosotros, los hijos de Dios, no debemos usar más su nombre.
Otro aspecto de este mandamiento es que nos llamamos cristianos (que significa pequeños Cristos, seguidores de Jesús) por tradición, pero seguimos viviendo como nos plazca. Si nos llamamos cristianos, debemos vivir agradando a Dios y procurar que sea glorificado a través de nuestras acciones. De lo contrario, usaremos su nombre en vano.
Si afirmamos que tenemos comunión con él pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos la verdad en práctica.
(1 Juan: 6)