Según la Biblia, Agar o Agar fue una esclava egipcia, concubina de Abraham, madre de Ismael. Génesis narra el exilio de Agar y su hijo provocado por la acusación de Sara, la esposa de Abraham.
A causa de la esterilidad de Sara, la historia bíblica dice que ella consideró apropiado que Abraham tuviera descendencia a través de su sierva personal, Agar. Ismael nació de la unión (Gn 16) de donde descienden los ismaelitas. Esto creó tensión entre ambas mujeres. Cuando Agar fue desterrada porque Sara la acusó de burlarse de ella, vagó por el desierto (Génesis 21). El ángel le dijo a Agar en nombre de Dios que su descendencia sería innumerable.
Comentaristas rabínicos posteriores afirmaron en el Midrash que Agar era la hija de Faraón que prefirió ser esclava de Abraham antes que quedarse en Egipto porque en ese reino se hacían milagros por la gracia divina.