FE, MISERICORDIA Y SANTIDAD PARA VER A DIOS

Las cosas materiales no mueven lo espiritual: es al revés. Para poder terminar con el régimen natural, de lo
simbólico, tenía que caer el templo, y Jesús fue el templo que se enterró. Así dejaría de ser Jerusalén el motivo para ir
y adorar allí. El centro ahora está en Jesús, Él es el motivo de nuestra adoración.
Las cosas vendrán (las naturales) pero los que no se mueven por lo físico no se alterarán. Sea cual sea la bendición
de Dios, los espirituales no se dejarán alterar.
El espiritual se inspira con la Voz de Dios, los carnales o naturales están a la expectativa de recibir regalitos, etc.
Lo maravilloso no es lo que tengo dentro sino a quién tengo. Muchas veces nos quedamos con las maravillas que
contemplamos fuera, pero no experimentamos la llenura del Todopoderoso. El llanto es solo la comunicación que
tienen los bebes en Cristo, pero también es el escape de los espirituales que claman abba Padre. Es muy cara la
comunión con el Dios del Cielo. Lo vale todo estar con Él y ahora podemos clamarle pero allí en Gloria ya será
demasiado tarde.
La vida natural es el primer regalo que Dios nos dio y ahí nacería la ocasión de nacer en la vida espiritual, siendo
este segundo nacimiento el segundo regalo de Dios.
Dios se formó a si mismo trinidad. Antes de los firmamentos y de toda creación. Él era solo y entonces pensó en su
sabiduría y se propuso a sí mismo, las tres divisiones de sí mismo, para después dejarse ves. Padre, Hijo y Espíritu.
Los padres espirituales están puestos en la congregación para que den equilibrio a los hijos y a su vez los hijos han
de demostrar el respeto y el Amor que se merecen.
Lo que más abunda en este mundo en cuanto a espíritus inmundos son demonios inteligentes. Estos
emplean tácticas muy convincentes y que anulan los sentidos espirituales. Tenemos una boca muy grande para
aconsejar, para presumir o para jactarnos de nosotros y esto deja la sangre de Cristo por inmunda.
 

Estar cerca de la Gloria de Dios es a través de Firmeza. La Fe espiritual no te deja caer jamás.
Si veo luz en la santidad de alguien, quiere decir que este hermano se ha apartado del consejo de los malos. Hoy
abundan los escarnecedores y los santos están menguando en las Iglesias. Debemos romper con esa tendencia. En
el tercer grado de Fe ya empiezas a saborear el amor de Dios de Cerca, y es porque empiezas a tomar en serio la
vida santa de Dios. En el 1er y 2º nivel de fe, solo piensas en tu salvación (que no es poco hermanos). El sol es un
tipo de creación trina (tres partes) alumbra, calienta y se deja ver.
Todo lo creado nos acerca a la revelación de quien es Dios. Al sol no le podemos decir la hora de su salida, no la
intensidad de su luz, ni tampoco la fuerza de su calor. Pero Dios si puede cambiar el rumbo de su creación.
Dios es fórmula y Él usa la fórmula para formarse en Él mismo, en el Hijo y en el Espíritu.
Sabio es el que se humilla a sí mismo. Un bebe si no llora, no será atendido o socorrido, en el caso de estar
abandonado entre basuras ¡Cuántos bebés se han ido a la muerte! Por no haber podido llorar para ser socorrido. Por
ello el diablo no quiere que maduremos, porque así no clamaremos ¡Abba Padre!
La educación que debemos aceptar es para “participar de su santidad”. Si no se actúa con la educación del
Espíritu, no sentiremos su Gloria pasar y por lo tanto no le rendiremos culto. Un nivel de Fe no me deja participar de
casi nada de lo que está creado en los reinos.
De una fe que no agrada a Dios, no podrán recibir ni siquiera un solo regalo de Jesús.
Sin la educación que trae el siervo no seremos participantes de las satisfacciones que le recibe del Señor.
Los creyentes que no viven agradecidos por su primera y su segunda vida, no discernirán la obra de Dios que está
por hacer aún.
A los que traen pocas capacidades de sí mismos, entendimiento, dinero, clase social, Dios los capacita con una
Gracia sobrenatural. Debemos hincar nuestras rodillas interiores y eso saldrá en nuestro rostro aunque viviremos
vidas con un poco de agridulce entre reinar y humillarnos.
Con la gracia y la educación espiritual, tenemos una gran fórmula para desarrollar nuestro hombre interior.
La gracia es otorgada, pero le debe volver a Él. La gracia se me ha dado para capacitarme. No se mantiene la
gracia en nosotros porque no nos retraemos de practicar la maldad.
Los que no crecen aquí en el espíritu, allí no lo conocerán a Él. A medida que nos aferramos a la palabra de fe,
seremos conocidos por Él. Por la fe lo conocemos y por la fe lo veremos.
El llamado a ser santo solo lo escuchan aquellos que se acercan con un corazón circuncidado, transparente.
Al Padre solo le verán los adoradores en Espíritu y verdad. Debemos pedirle al Señor nuevas fórmulas para avanzar.
El diablo teme a los que están llenos de la gracia.
Para dejar de sufrir primero debemos experimentar el sufrimiento. “Bienaventurados los que entraron por las
puertas para ver al Padre”. A estos les fue necesario sufrir. Pero reinaran por encima del Paraíso. Con misericordia,
santidad y meditación día y noche seremos reconocidos en el timbre de su voz.
Si aquí en lo natural todo esfuerzo en lo académico: años y años de sacrificio para sacarse un título, tiene
recompensa, ¿Cómo no serán recompensados los hijos de Dios, que han dejado todo por aprender de Él? Dios ha
creado niveles en el cielo porque no todos merecerán el mismo lugar.
Uno de los regocijos más grandes de la nueva Jerusalén es ver como se aman el Padre y el Hijo.
Cuanto menos vive aquí mi alma, más vive mi espíritu allí en su gloria. El primer nivel, es casi desagradar a Dios,
porque significa que no quiere crecer más. Si estoy en el primer nivel pero mi esfuerzo dice que voy a aspirar más,
entonces estoy en la mejor posición. La gente inculta (que no entiende el lenguaje de Dios) le hacen guerra a los
siervos de Dios.