Se le dice Santa Túnica a una de las prendas de vestir que portaba Jesús de Nazaret antecedente de ser crucificado. Precisamente, hablamos de la parte más interior del ropaje que cubría su cuerpo humano y sobre la que vestía otras prendas que eran las que quedaban a la vista.
Tanto la prenda en sí como el acto de despojar a Jesús de ella, dejando su cuerpo humano a la vista, fue considerados por el templo católico, como símbolos para puntos de la ideología cristiana.
Hay en la actualidad numerosas reliquias que postulan ser la prenda que vestía Jesús a lo largo de los instantes anteriores a su crucifixión. Estas reliquias se hallan (por orden alfabético) en Alemania, Francia y Rusia. Todas ellas está vinculada a una tradición distinta para basar su presencia en los respectivos sitios donde está depositada.
Aunque el santuario no se pronuncia sobre la veracidad de ni una de ellas, admite su veneración, no como objeto en sí, sino como representación de recursos del cristianismo al igual que una representación pictórica o en escultura de Jesúcristo.