No se conoce con certeza cierta cuando fue la fecha precisa de este evento sin embargo:
La exclusiva certeza que circunda es la crucifixión de Cristo, que se conmemora en Semana Santa, es que ha sido «una operación romana»
El deceso de Jesús en la cruz, que se conmemora en Semana Santa, pertenece a los acontecimientos más relevantes de la historia. No obstante apenas entendemos nada sobre él. Casi ningún investigador rehúsa que el fundador del cristianismo fuese un personaje histórico, crucificado por Roma en Jerusalén. Lo demás se mueve en un monumental espacio en el cual confluyen la fe, la historia y el misterio. Cada nuevo descubrimiento arqueológico referente con aquel instante es examinado a fondo. El hallazgo en una tumba de aquella etapa del cadáver de un convicto crucificado, que recibió sepultura en lugar de dejar que se pudriese a la vista de todos como solía ser usual, hace plausible el entierro de Jesús. Una inscripción hallada en Caesarea Maritima asegura la vida de Poncio Pilatos como gobernador romano en etapa de Tiberio. Sin embargo el relato bíblico sigue bastante alejado de cualquier afirmación histórica. Como redactó el periodista del Territorio Juan Arias, uno de los enormes conocedores de la figura de Cristo, creador del libro Jesús. Aquel enorme desconocido, «todavía no comprendemos quiénes, ni por qué mataron a Jesús».
Preguntado sobre las certezas históricas que rodean el deceso de Jesús, Douglas Boin, investigador de la Universidad de Saint Louis (Estados Unidos), que termina de divulgar un análisis sobre los cristianos bajo el imperio romano, Coming Out Christian in the Roman World: How the Followers of Jesus Made a Place in Caesar’s Empire, responde: «No muchas. Jesús ha sido ejecutado en la provincia romana de Judea por el prefecto de la provincia, Poncio Pilatos. Aquello es todo. Inclusive la fecha, posiblemente alrededor del 28 luego de Cristo, es una suposición informada». Varios estudiosos barajan la fecha del 14 de Nisán, en otras palabras, el viernes 3 de abril. Empero ni siquiera los Evangelios se ponen de consenso: Marcos, Lucas y Mateo hablan de un día y Juan de otro. En su libro sobre Jesús, el papa Benedicto XVI apoya la tesis de Juan, lo cual adelantaría un día la condena y el deceso.