Fábula (gr. múthos, “historia”, “leyenda”, “mito”, “fábula”). Relato, históricamente falso, denominado para descubrir una amonestación moral/espiritual o trasmitir un comunicado irreal. Algunos creen que el hábito de esta habla en heterogéneos locales (1 Tit 1:4; 4:7; 2 Tit 4:4; Tit. 1:14; 2pe 1:16) se refiere a ciertos informes maravillosos conservados por los judíos, notariales más tarde en pantomimas como la Mishná (cf las “fábulas judías” aludidas en Tit. 1:14); otros creen que las “fábulas” mencionadas en el Nt se refieren a ciertas leyendas de los gnósticos. Tal vez entreambos elementos de leyendas estaban en la mente de los ejecutores de ciertos pasajes. Por otra parte, entendida en sentido estricto como una referencia de pura fantasía emblemática -en que a través de personificaciones de entes intratables, inanimados o imprecisos se da una lección útil o moral-, narraciones solamente hay 2 en la Sagrada Escritura (sin embargo no se mencione la palabra): Jdg 9:8-15; 2ki 14:9 (2ch 25:18).
En su significado más divulgado, el término fabula refiere a aquel sucedido breve novelesco, escrito en prosa o en verso, que frecuentemente tiene una intencionalidad didáctica manifestada en una moraleja. En las narraciones, casi siempre, los personajes por magnificencia son animales u objetivos que presentan y disponen de algunas de las características consideradas más humanas, como ser el jerga y el argumento, entre otras. Esa intencionalidad didáctica que mencionamos y que se le destaca a la mentira como uno de sus atributos salientes, resulta del provecho que a la misma se le atribuía y daba en la permanencia grecorromana, en la cual era aprovechada por los esclavos pedagogos para mostrar a los niños que les tocaba cultivar, siendo el paganismo y su máxima acerca de la imposibilidad de evolucionar la estipulación natural de las cosas, la primera formación que estos les brindaban a sus “alumnos”.
Luego, con la transmisión del cristianismo y sus códigos más morales, las fábulas además cambiaron un poco sus instrucciones y empezaron a proyectar la decisión de un vuelco en la calidad con proceso moral entremezclado. Ya en el siglo XIX, la trola se encontraba notablemente difundida y convertida en uno de los índoles intelectuales con más adeptos, hecho que contribuyó no exclusivamente a la expansión de los asuntos acerca de lo que se ocupaban, sino que también empezaron a asistir las primeras clases especializadas sobre las mismas. Entre sus principales características, podemos reducir las subsiguientes: contenido edificante o didáctico, siempre debe haber una moraleja, la cual debe formularse en el final de la misma, compendio breve en el cual aparecen enormemente pocos personajes, creativa, imaginativa y con muchísimo colorido tanto en los personajes como en lo que escala, legendario y en cuanto transmisora de quebrantos y distinciones, bastante canalla e sarcástica para hacer referencia a ellos.
Desde las primeras a la novedad se han resaltado muchísimos creadores en el metier de la mentira siendo Esopo, Babrio, Pedro Alfonso, Jean de la Fontaine, Ramón de Basterra, algunos de los más reconocidos. Por otra parte, el período historia suele ser utilizado en el idioma corriente cuando se quiere ceder nota de un chisme o novelería y todavía para achacar a aquellos relatos que se caracterizan por su calumnia o invento. En tanto, en algunos sitios del espacio, la voz narración es usada asimismo cuando se quiere equilibrar la teatralidad o lo enormemente salvo lista que resulta poco, por ejemplo, una vacilada, un sitio, entre otras cuestiones.