Lamentaciones
El Libro de Lamentaciones fue escrito probablemente entre el 586 y el 575 a.C., durante o poco después de la caída de Jerusalén. Propósito de la Escritura: Como resultado de la continua y no arrepentida idolatría de Judá, Dios permitió a los babilonios asediar, despojar, quemar y destruir la ciudad de Jerusalén. El templo de Salomón, que había permanecido por 400 años aproximadamente, fue quemado hasta sus cimientos. El Profeta Jeremías, un testigo ocular de estos eventos, escribió el Libro de Lamentaciones, como un lamento por lo que ocurrió a Judá y Jerusalén.
CAPITULOS BIBLICOS DEL LIBRO DE LAMENTACIONES
Libro de Lamentaciones | Libro de Lamentaciones | Libro de Lamentaciones |
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Capitulo 1 | Capitulo 3 | Capitulo 5 |
Capitulo 2 | Capitulo 4 | lamentaciones explicado (capitulos y versiculos) |
Lamentaciones
¿De que trata el libro de Lamentaciones?
Este Libro consta de cinco poemas que evocan la ruina de Jerusalén, acaecida en el 587 a. C., y están escritos en el estilo de las elegías fúnebres de esa época. Aunque se inspiran en las ideas y las expresiones de Jeremías y suelen llevar su nombre, no son obra de aquel célebre profeta, sino de algunos judíos que permanecieron en Jerusalén después de la catástrofe. Las cuatro primeras de este libro son alfabéticas, es decir, cada estrofa comienza con una letra hebrea, siguiendo el orden del alfabeto.
Al dolor provocado por la destrucción de la Ciudad santa y a las quejas desgarradoras frente a la triste situación en que se encontraban sus habitantes, sigue una profunda reflexión, madurada a la luz de esa misma desgracia. “Jerusalén ha pecado gravemente y se ha convertido en algo inmundo”. “Examinemos a fondo nuestra conducta y volvamos al Señor” Este humilde reconocimiento de las propias culpas, tantas veces denunciadas por los profetas anteriores al exilio, está acompañado de una ardiente súplica por la restauración de Israel, que se apoya a su vez en las predicciones mesiánicas de los profetas y es muy semejante a la de los. Este libro son utilizadas por la liturgia judía en cada aniversario de la destrucción de Jerusalén, y es muy natural que el Cristianismo las haya incorporado a la liturgia de la Semana Santa, para evocar la Muerte de Jesús.
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