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J

JESHUA

JESHUA o JESUA

o JESuA (a veces, sin acento, forma hebrea posterior de Josue).
(a) Nombre de varios personajes, en su mayoria levitas (1 Cr. 24:11; 2 Cr. 31:15; Esd. 2:2; Neh. 7:11, 43; 8:7).
(b) Tambien es el nombre de una aldea (Neh. 11:26) de Juda.

JESUCRISTO
Nuestro Señor recibio el nombre de Jesus, segun las instrucciones que el angel transmitio a Jose (Mt. 1:21) y a Maria (Lc. 1:31). Dado en ocasiones a otros individuos, este nombre podia ser expresion de la fe de los padres en Dios, Salvador de su pueblo, o tambien de su certeza de la futura salvacion de Israel. Impuesto al Hijo de Maria, el nombre revelaba las funciones particulares que iba a ejercer Su portador.
«Llamaras su nombre JESuS, porque el salvara a su pueblo de sus pecados» (Mt. 1:21). El titulo de Cristo proviene del gr. Christos (ungido), traducido del arameo M’shînã, del heb. Mãshîah (ungido, Mesias). Asi, Jesus es el nombre personal de nuestro Señor, en tanto que Cristo es Su titulo. Pero este segundo nombre se ha venido empleando desde los primeros tiempos, lo mismo que en la actualidad, como nombre propio, ya a solas, ya en combinacion con el nombre Jesus. En este articulo se presentan, a grandes rasgos, las etapas de la vida de nuestro Señor en la tierra, para presentar los principales acontecimientos en su orden probable y en sus relaciones mutuas.
I. CRONOLOGiA.
Si bien no se pueden precisar de una manera absoluta las fechas del nacimiento, bautismo y muerte de Jesus, la mayor parte de los eruditos estan de acuerdo en su datacion dentro de limites muy estrechos. Nuestro calendario ordinario tiene por su autor a Dionisio el Exiguo, abate romano que murio antes del año 550 a.C. el decidio tomar el año de la encarnacion como punto de referencia que permitiera situar las fechas anteriores y posteriores a la venida de Cristo; habiendo identificado el año 754 de la fundacion de Roma con el año del nacimiento del Señor, pudo asi determinar el año 1 de la era cristiana. Pero las afirmaciones de Josefo revelan que Herodes el Grande, que murio poco tiempo despues del nacimiento de Jesus (Mt. 2:19-22), murio en realidad algunos años antes de 754 de Roma. Herodes murio 37 años despues de haber sido proclamado rey por los romanos, proclamacion que tuvo lugar en el año 714 de Roma. Asi, la fecha de su muerte fue el año 751 o 750 (no sabemos si Josefo contaba las fracciones de años como años completos). La fecha de 751 pareceria plausible, por cuanto Josefo informa que, antes de su muerte, Herodes hizo dar muerte a dos rabinos judios, y que se produjo un eclipse de luna en la noche de su ejecucion. Los calculos astronomicos

indican que en el año 750 hubo un eclipse parcial de luna, la noche del 12 al 13 de marzo; pero toda la secuencia de eventos hasta su sucesion por Arquelao muestra que Herodes murio despues de la Pascua del año 751 y varios meses antes de la Pascua del 752. Asi, Anderson, en su estudio cronologico de la Natividad, situa el nacimiento del Señor alrededor del otoño del año 750 o 4 a.C. (cf. Anderson Sir R. «El Principe que ha de venir», esp. pags 115-121, 241-246). La fecha del 25 de diciembre no aparecio sino hasta el siglo IV d.C., y no tiene base historica alguna. Como confiesa Agustin de Hipona, las antiguas fiestas paganas fueron asumidas, con cambios de nombre, para satisfacer a las masas paganas cristianizadas que deseaban mantener sus festivales gozosos. El
25 de diciembre se corresponde con las Saturnalias.
La fecha en que nuestro Señor dio inicio a Su ministerio publico se determina sobre todo en base a Lc. 3:1: «En el año decimoquinto del imperio de Tiberio Cesar… » este fue el año en que empezo el ministerio del Señor, primer año del reinado de Tiberio, que empezo el 19 de agosto del año 28 d.C., hasta el 19 de agosto del año 29 d.C. Siendo que se cuenta como año uno el año del nacimiento del Señor (y no como año cero), el computo de años desde el 28-29 d.C. hasta el 4 a.C. nos da una edad para el Señor entre los 30 años y casi 32. Otro argumento que concuerda con esta fecha es la declaracion de los judios, poco despues del bautismo de Jesus: «En cuarenta y seis años fue edificado este Templo.» Herodes propuso la reconstruccion del Templo entre el año 20 y el 19 a.C.; pero prometio entonces no empezar las obras antes de haber consumado los preparativos, ante la desconfianza del pueblo. Asumiendo un periodo de preparacion de uno a dos años, los cuarenta y seis años mencionados nos llevan al 29 d.C. (cf. Anderson, op. cit., pag. 246; Ant. 15:11, 27).
La duracion del ministerio de Cristo, y consiguientemente el año de su muerte, se determina sobre todo en base a la cantidad de fiestas pascuales mencionadas en el Evangelio de Juan. Si solo tuvieramos los Evangelios Sinopticos (vease EVANGELIOS), podriamos suponer que el ministerio de Jesus solo duro un año; sin embargo, el Evangelio de Juan nos habla de tres Pascuas de una manera explicita (Jn. 2:13; 6:4; 13:1). Hengstenberg («Christology», pp 755-765) da pruebas abrumadoras de que Jn. 5:1 es tambien la fiesta de la Pascua. En este caso, el ministerio de Cristo incluyo cuatro fiestas de la Pascua. Si fue bautizado a finales del año 28 o a inicios del 29, entonces su crucifixion tuvo lugar en el año 32

d.C. (Para una consideracion mas a fondo de este tema, vease Anderson, Sir R.: «El Principe que ha de venir» [Pub. Portavoz Evangelico, Barcelona, 1980], y cf. Hoehner, H. W.: «Chronological Aspects of the Life of Christ», en Bibliotheca Sacra, oct. 1973, ene., abril, jul., oct. 1974; ene. 1975 [Dallas Theological Seminary, Dallas].).
La cuestion cronologica ha llevado a muchas investigaciones, y hay fuertes controversias; sin embargo, las posturas de Anderson y Hoehner, aunque divergentes en un año, parecen las mas solidamente apoyadas. En este articulo se sigue la de Sir Robert Anderson.
II. CIRCUNSTANCIAS POLiTICAS DE LOS JUDiOS.
Cuando Jesus nacio, Herodes el Grande era el rey de los judios. Este habil y cruel soberano reinaba a la vez sobre Samaria, Galilea y Judea. Aunque de origen idumeo, Herodes profesaba la religion judia. Antipatro, su padre, habia sido hecho gobernador de Judea por Julio Cesar; el mismo Herodes, despues de una agitada carrera, habia sido proclamado rey de los judios por los romanos. Monarca independiente en diversos sentidos, gobernaba, sin embargo, solo gracias al apoyo de los romanos. Dependia de ellos, que eran entonces los dueños y arbitros del mundo conocido. A la muerte de Herodes, su reino fue dividido entre sus hijos. Arquelao recibio Judea y Samaria; Herodes Antipas tuvo Galilea y Perea; Herodes Felipe el territorio situado al noreste del mar de Galilea (Lc. 3:1). En el año decimo de su reinado, el 6 o 7 d.C., Arquelao fue destituido por Augusto. A partir de esta fecha, Judea y Samaria fueron administradas por gobernadores romanos, que ostentaban el titulo de procuradores; esta situacion se mantuvo hasta la rebelion que acabo con la destruccion de Jerusalen el año 70 d.C., con excepcion de los años 41 a 44, en que Herodes Agripa I ejercio la soberania (Hch. 12:1). Durante el ministerio de Cristo, Galilea y Perea, donde tuvo lugar la mayor parte de Su ministerio, estaban sometidas a Herodes Antipas (Mt. 14:3; Mr. 6:14; Lc. 3:1, 19; 9:7; 13:31; 23:8-12), en
tanto que los romanos gobernaban directamente Samaria y Judea a traves de su procurador que, a la sazon, era Poncio Pilatos. El yugo, directo o indirecto, de los romanos, irritaba a los judios en lo mas vivo. Durante la vida terrenal de Cristo el pais era constantemente presa de una efervescencia politica. Por un lado, los romanos trataban de dar a la nacion tanta autonomia politica como fuera posible, de manera que el sanedrin (tribunal supremo) ejercia su jurisdiccion en un gran numero de casos. Los conquistadores

tambien habian otorgado a los judios numerosos privilegios que tenian que ver, sobre todo, con las practicas religiosas. Pero, a pesar de todo, el pueblo tascaba el freno bajo una dominacion extranjera que, en ocasiones, se hacia notar de una manera oprimente; los ocupantes, desde luego, no tenian la menor intencion de devolver a los judios la libertad de que habian gozado en una epoca anterior. Ademas, la aristocracia judia, constituida en su mayor parte por los saduceos, no tenia ninguna hostilidad contra los romanos. Los fariseos, a los que se unian los adeptos a la piedad mas rigida, querian conservar el judaismo a toda costa, pero eludian los compromisos politicos. Los escritos de la epoca hablan asimismo de los herodianos, que sostenian las aspiraciones de la familia de Herodes a la corona. Segun Josefo, un partido de patriotas se levanto en diversas sublevaciones, pero en vano, intentando sacudir el yugo romano. En tales circunstancias, todo hombre que se presentara como Mesias se arriesgaba a verse enlazado en los conflictos politicos. A fin de poder proclamar ante todo la dimension espiritual del reino de Dios y de sentar sus bases mediante la redencion, Jesus iba a esperar el tiempo marcado para el establecimiento del Reino, que tampoco debia ser introducido mediante manejos politicos, sino que vendra a ser impuesto por una irrupcion frontal, majestuosa e irresistible del Hijo del Hombre en Su Segunda Venida.

III. CONDICIoN RELIGIOSA DE LOS JUDiOS. Es evidente que las circunstancias politicas influyeron intensamente en el desenvolvimiento de las condiciones religiosas. Los medios oficiales del judaismo habian casi dejado a un lado el aspecto basal de la redencion y arrebatamiento como introduccion al Reino, conforme a las promesas del AT; y el pueblo en general centraba sus esperanzas en un reino terrestre que les daria la independencia y grandeza nacional. Al prestar casi exclusivamente la atencion a los aspectos externos del reino, olvidaban las bases morales y de redencion sobre el que este debia ser erigido. Los Evangelios nos presentan dos partidos dirigentes: los fariseos y los saduceos. Los fariseos eran religiosos y tenian mucha mas influencia sobre el pueblo que los saduceos; pero ponian su tradicion teologica, las ceremonias y las sutilidades de la casuistica por encima de la Palabra de Dios. Habian llegado a transformar la religion de Moises y de los profetas en un formalismo estrecho, esteril, desprovisto de espiritualidad. Los fariseos se opusieron a las

enseñanzas de Jesus, a Sus doctrinas tan opuestas a sus tradiciones, y, sobre todo, se resintieron de que citara las Escrituras en oposicion a la tradicion. Los saduceos eran los representantes de la aristocracia. Las familias de los sumos sacerdotes pertenecian a este partido. Influenciados por la cultura pagana, los saduceos rechazaban las tradiciones de los fariseos, y se interesaban mas en la politica que en la religion. Acabaron por manifestarse opuestos a Jesus, temiendo que sus acciones perjudicaran el equilibrio politico (Jn. 11:48). Se seguia llevando a cabo el suntuoso ceremonial del Templo de Jerusalen. Grandes multitudes frecuentaban fielmente las ceremonias religiosas. El fervor de la nacion, celosa de sus privilegios, no habia sido nunca tan grande. De vez en cuando, una explosion de patriotismo, mezclada con fanatismo, avivaba las esperanzas del pueblo. Sin embargo, quedaban israelitas que mantenian el espiritu y la fe de una religion sin componendas. La mayor parte de ellos, aunque no todos, pertenecian a las clases inferiores de la poblacion. La espera de un Salvador, de un Liberador del pecado, habia subsistido entre ellos. Jesus vino de uno de estos medios ricos en piedad. En la epoca de Cristo, el pueblo judio seguia siendo aun un pueblo religioso, conocedor del AT, que era leido en las sinagogas y enseñado a los niños. La nacion manifestaba su interes en la religion y se agitaba en el plano politico. Estos hechos explican la efervescencia popular suscitada por las predicaciones de Juan el Bautista y de Jesus, la hostilidad que ambos suscitaron en las clases dirigentes, el exito del metodo que Jesus uso en la predicacion de las Buenas Nuevas, y la persecucion y muerte violenta que el mismo habia ya anticipado.

IV. VIDA DE JESuS.

1. Familia, nacimiento, infancia.
Las circunstancias del nacimiento de Jesus relatadas por los Evangelios concuerdan con la grandeza de Cristo y con las profecias mesianicas. Estas circunstancias armonizan al mismo tiempo con la humilde apariencia que el Salvador debio tener en Su vida en la tierra. Malaquias (Mal. 3:1 y Mal. 4:5, 6) habia profetizado que un heraldo, dotado del espiritu y poder de Elias, precederia a la venida del Señor; Lucas nos relata, ante todo, el nacimiento de Juan el Bautista, el precursor de Cristo. Zacarias, sacerdote de una sincera piedad, privado de descendencia y muy anciano, estaba ocupado en el Templo cumpliendo los deberes de

su cargo. Le toco en suerte (segun la costumbre establecida entre los sacerdotes) hacer la ofrenda de incienso sobre el lugar santo, simbolo de las oraciones de Israel.
El angel Gabriel se aparecio a Zacarias, y le anuncio que seria el padre del precursor anunciado. Esta aparicion tuvo lugar, probablemente, el año 5 a.C. Despues de ello, Elisabet y Zacarias se dirigieron de vuelta a su mansion, situada en un pueblo del pais montañoso de Juda (Lc. 1:39). Alli esperaron el cumplimiento de la promesa. Seis meses mas tarde se aparecio un angel a Maria, virgen de la familia de David; esta doncella de Nazaret estaba prometida a un hombre llamado Jose, que descendia de David, el gran soberano de Israel (Mt. 1:1-16; Lc. 1:27). (Veanse GENEALOGiA, MARiA). Jose, israelita piadoso y de humilde condicion a pesar de su noble linaje, era carpintero. El angel anuncio a Maria que, por el poder del Espiritu Santo, ella vendria a ser la madre del Mesias (Lc. 1:28-38); el niño, cuyo nombre debia ser Jesus, heredaria el trono de Su antecesor David. El angel anuncio a Maria tambien que su prima Elisabet estaba embarazada. Cuando el angel se hubo ido, Maria se apresuro a ir a visitar a Elisabet. Al encontrarse, el Espiritu de la profecia entro en ellas. Elisabet, saludando a Maria, la llamo la madre de su Señor; Maria, a ejemplo de la Ana de la antigüedad (1 S. 2:1-10) entono un cantico de alabanzas, celebrando la liberacion futura de Israel, y el honor que le habia sido concedido.
En el tiempo en que Elisabet tenia que dar a luz, Maria se volvio a Nazaret. Dios mismo intervino para ahorrarle todo baldon. Jose, al ver el estado en que se hallaba Maria, quiso romper con ella en secreto, sin acusarla en publico. Pero Dios no le permitio actuar asi. Un angel le revelo en sueños la razon del embarazo de Maria; le dijo que el niño iba a ser el Mesias, y que debia nacer de una virgen, tal como lo habia profetizado Isaias. Jose obedecio la voz del angel, por cuanto su fe era tan profunda como la de Maria, y no la abandono. El niño nacio de la virgen Maria, pero legalmente tuvo al mismo tiempo un padre humano, cuyo amor y honorabilidad protegieron a Maria; es evidente que fue ella quien mas tarde dio a conocer estos hechos.
Ni Cristo ni Sus apostoles recurrieron a la concepcion virginal como demostracion de que Jesus es el Mesias. Este silencio, sin embargo, no permite atacar la veracidad del relato. El hecho del nacimiento sobrenatural de Cristo no es susceptible de prueba historica. Se debe aceptar como revelacion. Sin embargo, el relato de la

manera en que Cristo se encarno concuerda admirablemente con lo que sabemos de la grandeza del Mesias y de Su mision en la tierra, asi como del hecho testificado de Su resurreccion. El Mesias debia ser la cumbre perfecta de la espiritualidad de Israel, y Jesus nacio en el seno de una familia piadosa, que practicaba celosamente la religion pura del AT. El Mesias debia presentarse de una manera humilde: Jesus vino del hogar de un carpintero de Nazaret. Era preciso que el Mesias fuera hijo de David: Jose, su padre legal, descendia de David, lo mismo que su madre. El Mesias debia ser la encarnacion (vease ENCARNACIoN) de Dios, uniendo en Su persona la divinidad y la humanidad: Jesus nacio de una mujer, habiendo sido concebido milagrosamente por el poder del Espiritu Santo.
Lucas relata el nacimiento de Juan el Bautista, y cita el cantico profetico que surgio de los labios tanto tiempo silenciados de Zacarias, su padre, a proposito del Precursor (Lc. 1:57-79). A continuacion explica la razon de que Jesus naciera en Belen (Lc. 2:1-6).
Augusto habia ordenado el censo de todos los subditos del imperio, y su decreto incluia Palestina, aunque estuviera bajo la jurisdiccion de Herodes. Pero es evidente que el censo de los judios se hizo siguiendo el metodo judio: no es en el domicilio donde se registraba a cada cabeza de familia, sino en su lugar de origen. Jose tuvo que dirigirse a Belen, la cuna de la casa de David, y Maria lo acompaño. El meson, donde los forasteros podian alojarse, estaba ya lleno cuando llegaron Jose y Maria. Solo encontraron espacio en un establo, que posiblemente era una cueva adyacente al meson. Era frecuente el uso de cuevas para cuadras y establos. El relato no dice que este establo alojara animales; es posible que no fuera entonces utilizado para este menester. En contra de lo que se piensa entre nosotros, el hecho de alojarse ocasionalmente en un establo no disgustaba a las gentes en aquel entonces; sin embargo, es bien cierto que el Mesias vino al mundo en un lugar extremadamente humilde. Habia sido destinado a un caminar de humildad, y Maria lo acosto en un pesebre (Lc. 2:7).
A pesar de esta gran humillacion, Su venida fue solemnemente atestiguada. Unos angeles se aparecieron a unos pastores que pasaban la noche con sus rebaños en los campos cercanos a Belen. Les revelaron el nacimiento del Mesias, el lugar donde habia nacido, y proclamaron este mensaje de alabanza y bendicion: «¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!» (Lc. 2:14). Los pastores se

apresuraron a ir a Belen, hallaron al Niño, y relataron lo que habian visto y oido, volviendo despues a su lugar. Todos estos hechos concordaban asimismo, de manera asombrosa, con la mision del Mesias; señalemos, ademas, que ello tuvo lugar en medio de gentes humildes del campo, y que pasaron desapercibidos en el mundo. Jose y Maria se quedaron por un tiempo en Belen. Al octavo dia, el niño fue circuncidado (Lc. 2:21) y le fue dado el nombre de Jesus, segun las instrucciones que habian recibido. Cuarenta dias despues de su nacimiento, Jose y Maria subieron al Templo, en cumplimiento de la Ley (Lv. 12).
Maria hizo sus ofrendas de purificacion y para presentar al nacido al Señor (Lc. 2:21). Esta expresion significa que todo primogenito israelita tenia que ser rescatado al precio de cinco siclos de plata (Nm. 18:15-16). Tambien, la madre tenia que ofrecer un holocausto en sacrificio de accion de gracias. Lucas señala que Maria ofrecio la ofrenda de los pobres: «Un par de tortolas, o dos palominos» (Lv. 12:18). Una vez mas queda patente la modestia de medios de la familia. Pero el Mesias, a pesar de Su humildad, no debia salir del Templo sin reconocimiento. Simeon, un piadoso anciano, se dirigio al santuario, movido por el Espiritu, y al ver al Niño, lo tomo en sus brazos. Dios le habia prometido que no moriria antes de haber visto al Mesias. Simeon dio las gracias, y profetizo que Su vida seria gloriosa y tragica (Lc. 2:25-35). Ana, anciana profetisa que estaba de continuo en el Templo, daba tambien testimonio de que el Cristo habia venido (Lc. 2:36-38). Asi, hubo un testimonio notable acerca del verdadero caracter del recien nacido.
Poco despues de la vuelta de Jose y Maria a Belen, llegaron los magos de Oriente a Belen, preguntando por el rey de los judios que acababa de nacer. Es indudable que estos hombres habian aprendido de los judios dispersos por Oriente, que estaban esperando un rey, que deberia aparecer en Judea y liberar a la humanidad. Dios les habia dado una estrella como señal (vease ESTRELLA de Oriente), que habia aparecido en Oriente, anunciandoles (Mt. 2:2, 16) el nacimiento de este libertador. Es tambien seguro que les fue revelada la naturaleza divina del Niño, porque dijeron sin ambages que habian venido «a adorarle». Las palabras de ellos intrigaron a Herodes, que convoco a los escribas para preguntarles donde debia nacer el Mesias. Al enterarse de que era en Belen, Herodes envio alli a los magos, pero haciendoles prometer que le harian saber quien era. En el camino, los magos volvieron a ver la estrella, que se detuvo sobre Belen y sobre donde

estaba el Niño. Habiendo hallado a Jesus, le ofrecieron presentes de gran precio: incienso, oro y mirra. El incienso es la ofrenda que corresponde a Dios, el oro, la imagen del tributo debido al Rey, y la mirra, la profecia de los sufrimientos del Mesias (Jn. 19:39; cf. Mt. 26:12; Lc. 24:1).
La presencia de estos extraños visitantes debio suscitar en Jose y Maria sentimientos encontrados de sorpresa y admiracion, y debio serles una señal confirmatoria del elevado destino reservado al Niño y a la obra que el iba a cumplir en favor de las naciones mas alejadas. Despues de esto, Dios advirtio a los magos para que no volvieran a Herodes: este perverso deseaba tener sus indicaciones para dar muerte al recien nacido. Asi, se dirigieron a su pais por otro camino (vease MAGOS). Un angel previno a Jose, dandole instrucciones de que se dirigiera con Maria y el Niño a Egipto, a fin de sustraerlo a la accion de Herodes. Este cruel monarca, de quien Josefo nos cuenta que no tuvo reparos en hacer ejecutar a su propia esposa e hijos, y a otros parientes allegados, con una paranoica obsesion por mantenerse en el poder, envio a sus soldados a Belen para dar muerte a todos los niños menores de dos años. Asi, Herodes esperaba frustrar el proposito de los magos, que se habian ido sin revelarle donde se hallaba el recien nacido. Es posible que los verdugos no dieran muerte a muchos niños, porque Belen era un lugar pequeño; pero se trato de una matanza horriblemente cruel. Jesus escapo a ella.
No conocemos la duracion de la estancia del Señor en Egipto; probablemente no fue de mas que unos pocos meses, porque Herodes murio en el año 3 a.C. Numerosos judios vivian entonces en aquel pais, por lo que Jose no debio tener dificultades en hallar asilo. Cuando paso el peligro, el angel informo a Jose de la muerte del tirano, y le ordeno que volviera a Israel. Jose se habia propuesto criar al Niño en Belen, la ciudad de David, pero por temor de Arquelao, hijo de Herodes, quedo indeciso y, por nuevo mensaje de Dios, fue con los suyos a Nazaret en Galilea. Cuando Jesus comenzo Su ministerio publico, se le llamo «el profeta de Nazaret» o «el nazareno». estos son los datos transmitidos por los Evangelios acerca del nacimiento de Jesus. Si para nosotros son de gran precio, no fueron muy recalcados en aquel entonces. Las pocas personas que quedaron involucradas en estos hechos guardaron silencio, o los olvidaron. Es indudablemente Maria quien dio el relato de todo ello al fundarse la iglesia. Mateo y Lucas dan sus relatos con evidente independencia entre si;

Mateo, para demostrar que Jesus es el Rey, el Mesias, en quien se cumplen las profecias; Lucas, para exponer el origen de Jesus y el inicio de Su historia.

2. Infancia y juventud.
Despues de establecerse en Nazaret, nada se nos dice de la vida de Jesus, excepto el incidente de la visita al Templo donde, a la edad de 12 años, acompaño a Sus padres (Lc. 2:41-51). Este significativo episodio revela la profunda piedad de Jose y Maria, que se esforzaban en criar piadosamente al Niño; muestra asimismo el precoz desarrollo espiritual de Jesus, que se interesaba especialmente en los problemas religiosos de que trataban los rabinos judios en sus lecciones, hasta el punto de separarse de Sus padres durante tres dias. Todos se asombraban de Su inteligencia, de Sus preguntas, y de Sus respuestas. Este pasaje de Lucas ilustra asimismo el aspecto humano de la vida de Jesus: «Y Jesus crecia en sabiduria y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres» (Lc. 2:52). Ni Jose ni Maria divulgaron los hechos asombrosos que acompañaron su nacimiento. Ni los compañeros de Jesus ni los miembros de Su familia lo consideraron como un ser sobrenatural; pero les debio parecer notable por Su vigor intelectual y por Su pureza moral.
Al tocar otros hechos que los Evangelios mencionan incidentalmente, podemos reconstruir un bosquejo de las circunstancias de la infancia y juventud de Jesus. Formaba parte de una familia, y tenia cuatro hermanos y varias hermanas (Mr. 6:3, etc.). Ciertos exegetas suponen que se trataba de hijos procedentes de un matrimonio previo de Jose; otros pretenden que se trataba de primos de Cristo. Sin embargo, la evidencia interna de las Escrituras muestra que se trataba de verdaderos hermanos del Señor (vease HERMANOS DEL SEÑOR). En todo caso, Jesus se crio en el seno de una familia, donde conocio alegrias y dolores. Llego a ser carpintero, como Jose (Mr. 6:3), por lo que estaba acostumbrado a la actividad manual; al mismo tiempo, no faltaba una cierta formacion intelectual en su medio. Los niños judios recibian una enseñanza de la Escritura muy intensa. En todo caso, las citas que hace nuestro Señor de las Escrituras demuestran que las conocia profundamente (cf. Jn. 7:15). Sus parabolas lo muestran sensible a las lecciones que se desprenden de la naturaleza, y siempre atento a ver el pensar de Dios revelado en Sus obras.
Nazaret se hallaba en la linde de la zona mas activa del mundo judio, no lejos de donde se

habian desarrollado algunos de los mas famosos acontecimientos de Israel. Desde las alturas proximas a la ciudad se podian ver algunos de estos lugares historicos. No lejos de Nazaret se extendia el mar de Galilea, en torno al cual se concentraba una especie de miniatura de los diversos aspectos de la vida. Era aquella epoca, como ya se ha señalado, de gran efervescencia politica. Los rumores de acontecimientos sensacionales penetraban frecuentemente en los hogares judios. No hay razon alguna para creer que Jesus hubiera crecido en un aislamiento; es mas bien de creer que estuvo constantemente alerta al desarrollo de los acontecimientos en Palestina.
Jesus hablaba el arameo, lengua que habia tomado el lugar del antiguo hebreo entre la poblacion judia para esta epoca; pero es seguro que oyo el griego, y es posible que lo conociera. Los evangelistas pasan en silencio todo este periodo de Su vida, por cuanto sus escritos no se proponen dar Su biografia, sino relatar Su ministerio publico. Lo que nosotros sabemos nos permite esbozar la persona del Señor en su aspecto humano, y nos muestra el medio en el que se preparo para Su futura actividad. Las pinceladas que nos dan los evangelistas revelan la belleza de Su caracter y el desarrollo gradual de Su naturaleza humana, esperando la hora en que se presentaria ante Su pueblo como el Mesias enviado por Dios.

3. EL BAUTISMO.
Esta importante hora sono (posiblemente el verano o a finales del año 28 d.C.), cuando Juan, hijo de Zacarias (Lc. 1:80) recibio de Dios la mision de llamar a la nacion al arrepentimiento, porque el Mesias iba a presentarse. Juan abandono el desierto donde habia vivido de manera ascetica, y se dedico a ir a lo largo del Jordan, bautizando de lugar en lugar a aquellos que recibian su mensaje. Hablaba como los antiguos profetas. Elias, de manera particular, llamaba al pueblo y a los individuos al arrepentimiento, anunciando la venida proxima del Mesias, cuyos juicios purificarian Israel, y cuya muerte quitaria el pecado del mundo (Mt. 3; Mr. 1:1-8; Lc. 3:1-8; Jn. 1:19-36). El ministerio de Juan tuvo una importancia profunda e inmensa. Multitudes acudian a oirle, hasta de Galilea. El sanedrin le envio unos fariseos, para preguntarle con que derecho se arrogaba tamaña autoridad. Las clases dirigentes no respondieron positivamente al llamamiento de Juan (Mt. 21:25), pero el pueblo lo escuchaba con admiracion y emocion. La

predicacion puramente religiosa de Juan el Bautista convencio a las almas verdaderamente piadosas que el Mesias tanto tiempo esperado iba a venir por fin. Despues de haber ejercido Juan su ministerio durante un cierto tiempo, seis meses o quizas mas, Jesus aparecio entre la multitud y pidio al profeta que lo bautizara. El profeta comprendio, por el Espiritu, que Jesus no tenia necesidad de arrepentimiento, y discernio que el era el Mesias. «Yo necesito ser bautizado por ti,
¿y tu vienes a mi?» le dijo (Mt. 3:14). Naturalmente, Jesus estaba plenamente consciente de que el mismo era el Mesias. Su respuesta lo demuestra: «Deja ahora, porque asi conviene que cumplamos toda justicia.» El bautismo de Jesus significa que se entregaba a la obra anunciada por Juan, y que tomaba, en gracia, Su lugar entre el remanente arrepentido del pueblo que habia venido a salvar.
Al salir del agua (Mr. 1:10; Jn. 1:33-34), Juan vio que el cielo se abria y que el Espiritu de Dios, en forma de paloma, descendia y reposaba sobre Jesus; una voz hizo saber esto desde el cielo:
«Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia» (Mt. 3:17). Asi, el poder del Espiritu fue otorgado en toda su plenitud a la naturaleza humana de nuestro Señor, con vistas a Su ministerio (cf. Lc. 4:1, 14). En el curso de Su ministerio se mostro de inmediato como verdadero hombre y verdadero Dios.

4. LA TENTACIoN.
Jesus no debia abordar Su ministerio antes de estar suficientemente preparado. Sabiendo cual era Su llamamiento, siguio de inmediato la inspiracion del Espiritu, que lo llevo al desierto, sin duda para entregarse a la meditacion y a la comunion con el Padre. Satanas se presento entonces, intentando desviarlo de Su mision, tratando de hacerle actuar mediante el egoismo y por ambicion. Los discipulos debieron conocer acerca de estos hechos a traves del mismo Jesus. No se puede dudar de la intervencion personal del Tentador, ni de la realidad de la escena que nos ha sido descrita (Mt. 4:1-11; Lc. 4:1-13); es cosa a señalar ademas que el poder de la tentacion residia en la sutileza con que el mundo fue presentado a Jesus como mas seductor que una vida de austera obediencia a Dios, y cuyo final, desde una perspectiva meramente humana, seria tragico. La prueba duro cuarenta dias; plenamente consagrado al destino de humildad y de sufrimientos que sabia era la voluntad de Dios para el Mesias, Jesus volvio al valle del Jordan.
5. LLAMAMIENTO DE LOS DISCiPULOS.

Jesus comenzo Su obra sin proclamaciones espectaculares. Juan el Bautista dirigio a algunos de sus propios discipulos hacia Aquel que el califico como el Cordero de Dios (Jn. 1:29, 36). Dos de ellos, Andres y, probablemente, Juan, siguieron a su nuevo Maestro (Jn. 1:35-42); a la mañana siguiente, Jesus llamo a Felipe y a Natanael (Jn. 1:43-51). Este reducido grupo acompaño a Jesus a Galilea. En Cana, el Maestro llevo a cabo Su primer milagro. Los discipulos vieron alli la primera señal de su gloria futura (Jn. 2:1-11). Aqui se puede constatar que Jesus no llevo a cabo ninguna gran manifestacion publica. El nuevo movimiento comenzo por la fe de algunos galileos desconocidos. Pero, segun el relato de Juan, Jesus sabia perfectamente bien quien era el y cual era Su mision. Estaba esperando el momento oportuno para manifestarse a Israel como el Mesias.

6. Comienzo del ministerio en Judea.
Esta ocasion se presento al aproximarse la Pascua, en abril del año 29. Saliendo de Capernaum, donde moraba con Su familia y discipulos (Jn. 2:12), Jesus subio a Jerusalen. Echo a los mercaderes que profanaban el Templo. La represion de los abusos y la reforma del servicio divino formaban parte de los gestos de un profeta; pero las palabras de Cristo: «No hagais de la casa de mi Padre casa de mercado» demuestran que el se presentaba como mas que un profeta (Jn. 2:16). Esta reprension equivalia a un llamamiento publico dirigido a Israel, para invitar a la nacion a seguirle en Su obra de reforma religiosa. el sabia ya que la nacion no lo seguiria, y que el mismo seria rechazado, lo que daria ocasion, despues de Su rechazamiento, para el llamamiento a los gentiles y la edificacion de Su iglesia. La prediccion, apenas velada, de la muerte que el iba a sufrir a manos de los judios, demuestra tambien que el ya esperaba este rechazamiento (Jn. 2:19). Durante la visita de Nicodemo, Jesus proclamo la necesidad del nuevo nacimiento y de Su propia Pasion (Jn. 3:1-21), que daria acceso a todos los hombres a la salvacion que el amor de Dios le habia enviado a conseguir. Es Juan quien nos cuenta el comienzo del ministerio de Jesus en Judea (Jn. 2:13-4:3), que duro unos nueve meses. Despues de la Pascua, Jesus abandono Jerusalen, y se retiro a las zonas rurales de Judea. La nacion se mostraba poco dispuesta a seguirle, por lo que se puso a predicar la necesidad del arrepentimiento, como lo hacia todavia Juan el Bautista. Durante un cierto tiempo, los dos trabajaron mano a mano. Jesus no quiso comenzar una obra independiente

antes de que la mision providencial de Juan no hubiera llegado manifiestamente a su fin. La comun accion de los dos buscaba el despertamiento espiritual de la nacion. Al atraerse Jesus mas discipulos que Juan, se decidio a abandonar Judea, porque no queria pasar como un rival de Juan (Jn. 4:1-3).
7. El ministerio en Galilea.
Cruzando Samaria, Jesus se encontro en el pozo de Jacob a una mujer con la que tuvo una memorable conversacion (Jn. 4:4-42). Despues se apresuro a llegar al norte del pais. Cuando llego a Galilea, la fama de Su nombre le habia ya precedido (Jn. 4:43-45). Era evidentemente en Galilea donde Jesus debia dedicarse a la obra, por cuanto los campos estaban ya blanqueados para la siega (Jn. 4:35). Una tragica circunstancia le indico que la hora habia ya llegado en la que, por la voluntad divina, Jesus debia emprender Su mision personal. Supo que Herodes Antipas habia hecho encarcelar a Juan el Bautista. El ministerio del Precursor habia llegado a Su fin; habia llamado a los judios al arrepentimiento y al despertamiento espiritual, pero todo en vano. De inmediato, Jesus comenzo a predicar en Galilea el evangelio del Reino de Dios, exponiendo los principios fundamentales de la nueva dispensacion, agrupando a su alrededor a aquellos que constituirian el nucleo de la futura Iglesia.
El gran ministerio galileo de Jesus duro alrededor de 16 meses. El Maestro centro Su actividad en Capernaum, ciudad comercial muy activa. En Galilea, Jesus se hallaba en medio de una poblacion esencialmente judia, pero en una region en la que, a causa de la distancia, las autoridades religiosas de la nacion no intervenian demasiado. Es evidente que su proposito era anunciar el Reino del Señor y revelar al pueblo, mediante poderosas obras, cuales eran a la vez su autoridad personal y la naturaleza de este reino. Jesus demandaba que se creyera en el. Revelaba el verdadero caracter de Dios, y Sus demandas en relacion con los hombres. Jesus no revelo abiertamente que el era el Mesias (excepto en Jn. 4:25-26), por cuanto Sus oyentes poco espirituales no habrian sabido discernir el verdadero caracter de Su mision; ademas, no habia llegado aun la hora de la manifestacion publica del Mesias (en gr. Cristo). En general, se aplicaba el termino «Hijo del hombre».
Al principio, el Señor no hizo alusion a Su muerte, porque los oyentes no estaban preparados para oir de ella. Les enseño los principios de la verdadera piedad, interpretandolos con autoridad. Sus extraordinarios milagros suscitaron un enorme

entusiasmo. Es asi que atrajo sobre Si la atencion hasta el punto que todo el pais estaba avido de verlo y oirlo. Sin embargo, y tal como el habia previsto, las multitudes se dejaron arrastrar por sus falsas concepciones, y no pudieron reconocerlo en Su caracter de humildad y abnegacion. Solo un pequeño grupo lo siguio fielmente; y fueron estos pocos los que propagaron por el mundo, despues de Su muerte y resurreccion, las verdades que el Maestro les habia enseñado.
8. Viajes en direccion a Jerusalen, y ministerio en Perea.
Es imposible establecer de una manera precisa la sucesion de los movimientos del Señor, por cuanto el relato de Lucas, la fuente principal de enseñanzas para este periodo, no sigue un orden cronologico preciso. Pero los hechos esenciales son cosa bien conocida. Jesus se atrae la atencion del pais entero, incluyendo la Judea. Envia a los setenta para anunciar Su llegada; se presenta en Jerusalen durante la fiesta de los Tabernaculos (Jn. 7); despues, una vez mas, durante la fiesta de la Dedicacion (Jn. 10:22). En estas dos circunstancias se presenta al pueblo en varias ocasiones. Declara ser la Luz del mundo, el Buen Pastor de la grey de Dios, y lucha audazmente contra las autoridades que se oponen a Sus enseñanzas. Recorre asimismo Judea y Perea, explicando al pueblo, de una manera bella y concreta, en que consiste la vida espiritual autentica, y que concepcion debemos tener de Dios y del servicio que debemos rendirle. Aqui se situan las parabolas:
del buen samaritano,
de los invitados al banquete de bodas (Lc. 14), de la oveja extraviada,
de la dracma perdida,
de Lazaro y del rico malvado,
de la viuda importuna y el juez injusto, del fariseo y el publicano.
En tanto que va creciendo la hostilidad mortal de las autoridades, el Señor proclama el Evangelio de una manera mas completa. Hay un hecho que lleva la agitacion a su punto culminante. Lazaro de Betania, amigo de Jesus, cae enfermo. Cuando Jesus llega a su casa, hace ya cuatro dias que ha muerto. Jesus lo resucita, siendo este milagro de una notoriedad y caracter que sobrepasa a todos los demas (Jn. 11:1-46). Este prodigioso acontecimiento, producido tan cerca de Jerusalen, hizo sentir sus efectos como una onda expansiva. A instigacion de Caifas, que aquel año era el sumo sacerdote, el sanedrin estimo que solo la muerte del agitador podria aniquilar Su influencia (Jn. 11:47-53). Jesus se retiro de inmediato (Jn. 11:54).

Es evidente que habia decidido no morir antes de la Pascua. Como se iba aproximando el dia de la fiesta, se puso otra vez en marcha hacia Jerusalen, atravesando Perea (Mt. 19; 20; Mr. 10; Lc. 18:31- 19:28), enseñando y predicando nuevamente la inminencia de Su muerte y resurreccion, llegando a Betania seis dias antes de la Pascua (Jn. 12:1).

9. LA uLTIMA SEMANA.
En Betania, Maria, hermana de Lazaro, ungio la cabeza y los pies de Jesus, durante la cena. El Señor vio en este gesto la señal profetica de su proxima sepultura. Al dia siguiente hizo una entrada triunfal en Jerusalen, montado sobre un asno. Al hacer esto, provoco la colera de las autoridades, al presentarse publicamente como el Mesias, dando expresion del caracter pacifico del reino que habia venido a fundar. Al dia siguiente, al volver a la ciudad, maldijo una higuera que, llena de hojas, carecia sin embargo de frutos: simbolo notable de un judaismo que, desviado de la verdad de Dios, pretendia sin poseer. Despues, como al inicio de Su ministerio hacia tres años, expulso del Templo a los mercaderes que profanaban los atrios. Este gesto de Jesus constituia un nuevo llamamiento a la nacion israelita, apremiada a purificarse (Mr. 11:1-8). A pesar de la multitud de peregrinos que lo habian aclamado como Mesias durante Su entrada triunfal, y que seguian rodeandole jubilosamente, las autoridades religiosas siguieron manteniendo su actitud de hostilidad.
Al dia siguiente (martes), Jesus volvio a la ciudad. Cuando llego al Templo, los delegados del sanedrin le preguntaron en virtud de que autoridad actuaba el. Sabiendo que ellos ya habian decidido Su muerte, el Señor rehuso responderles, pero pronuncio las parabolas de los dos hijos, de los viñadores malvados y de las bodas del hijo del rey (Mt. 21:23-22:14); estas describen la desobediencia de las autoridades religiosas a los mandamientos divinos, su perversion del deposito sagrado confiado a la nacion, el desastre que sobrevendria a su ciudad.
Se esforzaron en tenderle lazos para descubrir en Sus palabras un motivo de acusacion o de denigracion. Los fariseos y herodianos querian impulsarle a pronunciarse si era legitimo pagar el impuesto al Cesar. Los saduceos le interrogaron acerca de la resurreccion. Un doctor de la Ley le pregunto acerca del mas grande mandamiento. Habiendo quedado todos reducidos al silencio, Jesus los desconcerto al preguntarles el sentido de las palabras de David dirigiendose al Mesias como su Señor. Efectivamente, el Sal. 110 implica

claramente que Jesus no cometia blasfemia al decirse Hijo de Dios e igual a Dios. Durante todo este dia rugio la controversia, y Jesus acuso a los dirigentes indignos (Mt. 23:1-38). El deseo de ciertos griegos que querian verle le hizo presagiar que los judios lo rechazarian, los gentiles lo seguirian, y que su muerte era inminente (Jn. 12:20-50).
Al salir del Templo, anuncio tristemente a sus discipulos la proxima destruccion de aquel magnifico edificio; despues, en una conversacion con cuatro de los Suyos, hablo con mas detalles acerca de la destruccion de Jerusalen, de la difusion del Evangelio, de los sufrimientos futuros de Sus discipulos y de Su Segunda Venida (Mr. 13). Esta declaracion muestra que, en medio de la hostilidad que se habia desencadenado contra el, Jesus tenia la vision perfectamente clara; iba por delante de la tragedia, sabiendo que ella le conduciria finalmente a la victoria.
El plan de la traicion fue seguramente llevado a cabo aquella noche. Judas, uno de los doce, habia estado indudablemente alienado durante mucho tiempo del ideal espiritual del Maestro. El Iscariote estaba frustrado porque Jesus no mostraba intenciones de establecer un reino terreno. Juan dice de Judas que era codicioso. Durante la cena de Betania, aquel avaro se dio finalmente cuenta de su antipatia irreductible contra Jesus. Encolerizado al darse cuenta de lo vano de sus esperanzas decidio entregar a su Maestro a las autoridades. Su traicion cambio sus planes. Los adversarios habian decidido esperar a que terminara la Pascua y que las multitudes se hubieran dispersado. No sabiendo de que acusar a Jesus, acogieron complacidos la proposicion de Judas. Parece que a la mañana siguiente, que era miercoles, Jesus se aislo en Betania. El jueves por la tarde se tenia que sacrificar el cordero pascual; la cena conmemorativa, de la que tenian que participar todos los israelitas, se celebraba despues de la puesta del sol. Esa cena marcaba el inicio de la fiesta de los panes sin levadura, que duraba siete dias. Este dia, Jesus envio a Pedro y a Juan para que prepararan la fiesta en la ciudad, para los doce y para el. Sus instrucciones significaban probablemente que se dirigieran a casa de un discipulo o de un amigo (Mt. 26:18).
Al ordenarles que, al entrar en la ciudad, siguieran a un hombre con un cantaro de agua, Jesus tenia la intencion de mantener secreto el lugar donde iban a comer, para impedir a Judas que lo denunciara a las autoridades, lo cual hubiera podido causar la interrupcion de la ultima y preciosa conversacion con los apostoles.

El jueves por la noche, Jesus celebro con sus discipulos la cena pascual. Con respecto a la posicion de algunos de que Jesus fue crucificado en la tarde en que se sacrificaba el cordero pascual, y que la cena de la Pascua que celebro con Sus discipulos tuvo lugar un dia antes de la verdadera celebracion, se debe decir que se basa en una interpretacion muy restringida del significado de la expresion «comer la pascua» en Jn. 18:28. No hay discrepancia. Como bien observa Sir Robert Anderson: «La unica cuestion pendiente, por lo tanto, es el que la participacion de los sacrificios de paces de la fiesta (de los panes sin levadura, que duraban siete dias) pudiera o no designarse con el termino de «comer la Pascua». La misma Ley de Moises nos da la respuesta: ‘Sacrificaras la Pascua a Jehova tu Dios, de las ovejas y de las vacas … No comeras con ella pan con levadura; siete dias comeras con ella pan sin levadura’» («El Principe que ha de venir», Pub. Portavoz Evangelico, Barcelona, pag. 131). Anderson considera tambien en su obra otros aparentes problemas, mostrando la concordancia interna de los relatos evangelicos. Cristo no murio el dia que se sacrificaba el cordero pascual, sino el siguiente, como lo registran Mateo, Marcos y Lucas. Solo una erronea interpretacion del lenguaje usado por Juan ha permitido llegar a una hipotesis tan ajena al relato evangelico.
La retirada de Judas tuvo lugar muy probablemente antes de la institucion de la Cena del Señor (vease CENA DEL SEÑOR), y Jesus predijo dos veces la caida de Pedro; la anuncio primero en el aposento alto, y despues en el camino hacia Getsemani. El Evangelio de Juan no relata la institucion de la Cena del Señor, sino las ultimas palabras a los discipulos. Jesus los preparo de cara a Su muerte, revelandoles que, gracias a la obra del Espiritu Santo, su comunion espiritual seria mantenida y hecha fructifera (Jn. 14-16). Juan tambien registra la sublime oracion sacerdotal (Jn. 17). Camino de Getsemani, Jesus advirtio a los discipulos que iban a ser dispersados, y los cito para despues de Su resurreccion, en Galilea. La agonia del huerto marco el abandono total y definitivo de Su persona para el sacrificio supremo. Judas aparecio en la noche, acompañado de la cohorte, destacada de la guarnicion acuartelada cerca del Templo, bajo el pretexto de que se tenia que arrestar a un peligroso revolucionario (Jn. 18:3, 12). Habia con estos hombres algunos levitas de la guardia y algunos criados de los principales sacerdotes. Judas sabia que Jesus tenia la costumbre de acudir a Getsemani. Ciertos exegetas suponen que el

traidor se dirigio primeramente al aposento alto y que, no hallando alli a Jesus, se dirigio al pie del monte de los Olivos, donde se hallaba el huerto. Despues de unas breves palabras de protesta, Jesus se dejo arrestar; los discipulos huyeron.
La compañia armada lo condujo primero ante Anas (Jn. 18:13), suegro de Caifas. Jesus fue sometido a un interrogatorio preliminar por parte de Anas, mientras se convocaba el sanedrin (Jn. 18:13-14, 19-24). Es posible que Anas y Caifas residieran en el mismo edificio, porque el relato dice que las negaciones de Pedro fueron pronunciadas en el patio del palacio, mientras tenian lugar los interrogatorios ante Anas y, despues, Caifas. Jesus rehuso, al principio, dar respuesta a las preguntas que se le hacian, y demando la compulsacion de los testigos de cargo. Anas lo envio atado a la residencia de Caifas, donde el sanedrin se habia reunido con toda urgencia. Las deposiciones acerca de la blasfemia, que era el crimen que se le queria imputar, eran contradictorias. No se pudo dar prueba ninguna. Finalmente, el sumo sacerdote abjuro solemnemente al acusado para que dijera si era el Mesias. Jesus lo afirmo de una manera totalmente clara. El tribunal, furioso, lo condeno a muerte por blasfemia. Los jueces, entregando al condenado a innobles burlas, revelaron por ello mismo el espiritu de iniquidad con el que habian pronunciado la sentencia (Mr. 14:53-65).
Pero la Ley exigia que el sanedrin promulgara sus decretos de dia, y no de noche. Asi, el tribunal volvio a constituirse de nuevo, temprano, y repitieron el proceso (Lc. 22:66-71). Como los judios no tenian derecho a ejecutar a los sentenciados sin el consentimiento del procurador romano, el sanedrin se dispuso a enviar a Jesus ante Pilato. Las prisas desvergonzadas de todo este procedimiento demuestran que el tribunal temia la intervencion del pueblo, que hubiera podido impedir la ejecucion. Pilato residia probablemente en el palacio de Herodes, sobre el monte Sion, no lejos de la mansion del sumo sacerdote. Todavia temprano, los miembros del sanedrin se dirigieron al pretorio para demandar que el procurador accediera a sus designios. Los judios querian que Pilato les permitiera ejecutar al condenado sin que el viera la causa, pero Pilato se nego (Jn. 18:29-32). Entonces acusaron a Jesus diciendo «que pervierte a la nacion, y que prohibe dar tributo a Cesar, diciendo que el mismo es el Cristo, un rey» (Lc. 23:2). Cuando Jesus hubo admitido ante el gobernador su condicion de rey, este le interrogo sobre este punto particular (Jn. 18:33-38), y descubrio rapidamente que en Sus

declaraciones no habia un programa politico de insurreccion. Pilato afirmo que Jesus era inocente, y que queria liberarlo. Pero, en realidad, el procurador no se atrevio a oponerse a sus intratables administrados.
Despues de haberle exigido encarnizadamente la ejecucion de Jesus, Pilato recurrio a varios procedimientos mezquinos para quitar de si aquella responsabilidad. Al saber que Jesus era galileo, lo envio a Herodes Antipas (Lc. 23:7-11), que se encontraba entonces en Jerusalen, pero Herodes rehuso juzgarlo. Mientras tanto, la multitud se acumulaba. Era costumbre liberar a un preso en la fiesta de la Pascua, por lo que el gobernador pregunto a la multitud que preso queria que liberara. Es evidente que esperaba que la popularidad de Jesus haria que escapara de los principales sacerdotes. Pero estos persuadieron a la muchedumbre que pidiera a Barrabas. El mensaje de la mujer de Pilato dando testimonio de la inocencia del Galileo aumento sus deseos de salvarlo. A pesar de sus repetidas intervenciones en favor de Jesus, la muchedumbre se mostro implacable y avida de sangre. El procurador, amedrentado, no tuvo la valentia de actuar en base a su conviccion personal y se dejo arrancar el auto de ejecucion. Mientras que, en el patio interior del palacio, Jesus sufria el suplicio de la flagelacion, que precedia siempre al enclavamiento en la cruz, Pilato quedo embargado de dudas. Al presentarles al ensangrentado Jesus, coronado de espinas intentaba de nuevo satisfacer a los judios, que, enardecidos por lo que ya habian conseguido, clamaron: «Debe morir, porque se hizo a si mismo Hijo de Dios» (Jn. 19:1-7). Estas palabras renovaron en Pilato sus temores supersticiosos. Aun otra vez interrogo privadamente a Jesus, y volvio a intentar Su puesta en libertad (Jn. 19:8- 12).
Los judios, conociendo bien las ambiciones politicas del gobernador, lo acusaron de apoyar a un rival del emperador y de ser desleal a Cesar. Esta calumnia fue mas fuerte que las dudas de Pilato. Tuvo con ello el sombrio gozo de oir a los judios proclamar toda su sumision a Tiberio (Jn. 19:13-15), y entrego al Nazareno a Sus enemigos. Aunque era inocente, Jesus habia sido condenado, y sin el debido proceso legal. Su muerte fue en realidad un asesinato legalizado. Cuatro soldados lo ejecutaron, bajo la supervision de un centurion (Jn. 19:23).
Dos criminales fueron llevados a la muerte junto con el. Por lo general, los condenados llevaban personalmente las dos partes de su cruz, o solamente la parte transversal. Al principio Jesus

llevo, al parecer, la cruz entera (Jn. 19:17), y despues obligaron a Simon de Cirene a que la cargara (Mt. 27:32; Mr. 15:21; Lc. 23:26). El
lugar de la crucifixion se hallaba fuera de las murallas, a poca distancia de la ciudad (vease CALVARIO). Habitualmente, el reo era clavado en la cruz tendida en tierra, y despues la cruz era levantada y plantada en un agujero preparado para ello. El crimen del reo era indicado en una tableta fijada por encima de la cabeza. Para Jesus, la inscripcion fue hecha en hebreo (arameo), griego y latin. Juan es el que la reproduce en su forma mas larga: «JESuS NAZARENO, REY DE LOS
JUDiOS» (Jn. 19:19). Marcos dice: «Era la hora tercera cuando le crucificaron» (Mr. 15:25), es decir, las nueve de la mañana. Si recordamos que el sanedrin lo habia hecho comparecer al despuntar el dia (Lc. 22:66), no hay problema acerca de Su crucifixion a las nueve de la mañana, lo que concuerda con las prisas de los judios desde el inicio del drama.

En relacion con la crucifixion, los Evangelios relatan unos detalles en los que no se puede entrar por falta de espacio. Ciertos reos se mantenian vivos varios dias en la cruz; pero en el caso del Señor Jesus, ademas de que humanamente hablando se hallaba muy debilitado, se debe tener en cuenta que el era el dueño de Su vida y muerte. el habia dicho a Sus discipulos: «Yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mi mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar…» (Jn. 10:17, 18). Asi, a la hora novena (aproximadamente nuestras tres de la tarde), despues de que todo el pais hubo estado tres horas en tinieblas, Cristo expiro con un gran clamor. Este mismo hecho muestra que la muerte de Cristo fue un acto activo de Su voluntad. No es esta la manera en que mueren los crucificados, sino totalmente agotados, sin poder respirar. Las palabras pronunciadas desde lo alto de la cruz demuestran que estuvo consciente hasta el final, y que el sabia perfectamente el significado de todo lo que sucedia. Un numero muy pequeño de personas asistio a Sus ultimos instantes. La multitud, que al principio habia seguido el cortejo, se habia vuelto a la ciudad, atemorizada ante las señales que habian acompañado la ejecucion de Jesus. Tambien los burlones sacerdotes se habian retirado. Algunos discipulos y los soldados fueron, segun los Evangelios, los unicos que permanecieron alli hasta el fin. Asi, los dirigentes no estaban informados de la muerte de Cristo. Para que los cuerpos no quedaran colgados de la

cruz durante el sabado, los judios pidieron de Pilato que se quebraran las piernas de los crucificados. Cuando los soldados se acercaron a Jesus para hacerlo con el, se dieron cuenta de que ya habia expirado. Queriendose asegurar, uno de los soldados le traspaso el costado con una lanza. Juan, que estaba presente, vio salir sangre y agua de la herida (Jn. 19:34-35). Hay comentaristas que creen ver aqui que la causa de la muerte de Jesus fue el quebrantamiento de corazon. Sin embargo, como se ha indicado anteriormente, Jesus no murio porque Su cuerpo cediera, sino porque el entrego Su vida. El quebrantamiento de Su corazon, si sobrevino, fue efecto, no causa de su muerte. Sin embargo, el hecho de que el tuviera un absoluto control sobre Su vida, para ponerla y volverla a tomar, no quita realidad alguna a la inmensa profundidad de Sus sufrimientos, tanto de manos de Sus enemigos como, sobre todo, por la ira de Dios que cayo sobre el como la victima por los pecados del mundo. En palabras de J. N. Darby: «Para el la muerte fue muerte. La debilidad total del hombre, el poder extremo de Satanas, y la justa venganza de Dios. Y a solas, sin simpatia de nadie, abandonado de todos aquellos a los que el habia amado. El resto, Sus enemigos. El Mesias entregado a los gentiles y cortado, ante un juez lavando sus manos y condenando al inocente, los sacerdotes intercediendo en contra del santo en lugar de en favor de los culpables. Todo tenebroso, sin un rayo de luz, ni siquiera de Dios» («Spiritual Songs», nota en pag. 34).
Jose de Arimatea, discipulo secreto de Jesus, a pesar de su elevada posicion y de su membresia en el sanedrin, no habia consentido en la condena del Señor (Lc. 23:51). Fue ante Pilato y reclamo el cuerpo de Jesus. Acompañado de algunas personas, Jose lo deposito en un sepulcro nuevo que habia hecho tallar en la roca de su huerto.

10. RESURRECCIoN Y ASCENSIoN.
El repentino arresto y la rapida muerte de Jesus desconcertaron y abrumaron a los discipulos. Los Evangelios mencionan que al menos en tres ocasiones el Señor les habia anunciado Su muerte y resurreccion al tercer dia; a pesar de ello, los discipulos se sentian demasiado frustrados en su dolor para tener ninguna esperanza. Los que han conocido el abatimiento y la amargura de una desolacion completa no se asombran del comportamiento de los discipulos, ni dudan del relato evangelico. Los Evangelios no pretenden dar una relacion total de los hechos, ni un catalogo de pruebas de la resurreccion. Son un testimonio de la realidad por el testimonio de los apostoles, a

los que Cristo se aparecio en tantas ocasiones (1 Co. 15:3-8). Los Evangelios han registrado aquellos hechos que tienen un interes intrinseco, aquellos que Dios quiere que todos conozcan.
El orden de apariciones del Resucitado fue, probablemente, el siguiente:
Muy de mañana, el primer dia de la semana, dos grupos de devotas galileas se dirigieron a la tumba para ungir el cuerpo de Jesus, con vistas a Su sepultura definitiva. El primero estaba compuesto por Maria Magdalena, Maria la madre de Jacobo, y Salome (Mr. 16:1). Juana y otras mujeres no nombradas formaban un segundo grupo. El pasaje de Lc. 24:10 menciona el relato dado por todas las mujeres.
El primer grupo vio la piedra desplazada lejos del sepulcro; Maria Magdalena creyo que el cuerpo habia sido quitado, y corrio para decirselo a Pedro y a Juan (Jn. 20:1, 2). Al entrar en el sepulcro, las otras mujeres vieron a un angel que les anuncio la resurreccion de Jesus, y les dio orden de llevar la nueva a los discipulos (Mt. 28:1-7; Mr. 16:1-7). Es de suponer que al apresurarse a reunirse con ellos, se encontraron con el otro grupo de mujeres, y volvieron con ellas a la tumba, donde dos angeles les repitieron solemnemente que Jesus no se hallaba ya entre los muertos, sino entre los vivos (Lc. 24:1-8). Saliendo del sepulcro, corrieron hacia Jerusalen para anunciar estas nuevas. Por el camino, Jesus se aparecio a ellas (Mt. 28:9, 10). Durante este intervalo, Maria Magdalena habia ya informado a Pedro y a Juan que el sepulcro estaba vacio; los dos discipulos fueron alli corriendo y vieron que era asi como se les habia dicho (Jn. 20:3-10). Maria Magdalena los habia seguido. Ellos salieron del huerto, pero ella permanecio alli, y alli Jesus se aparecio a ella (Jn. 20:11-18). Finalmente, todas las mujeres se reunieron con los discipulos, dandoles la maravillosa noticia. Pero la fe de los discipulos en la resurreccion no debia basarse solo en el testimonio de las mujeres. En este primer dia de la semana, el Señor aparecio a Simon Pedro (Lc. 24:34; 1 Co. 15:5), despues a dos discipulos que se dirigian al pueblo de Emaus (Lc. 24:13-35); aquella misma tarde, Jesus se presento a los apostoles, en ausencia de Tomas (Lc. 24:36-43; Jn. 20:19-24). Esta vez comio delante de ellos, para demostrarles la realidad de su resurreccion corporal. Los discipulos permanecieron en Jerusalen, en tanto que Tomas persistia en no creer lo sucedido. El domingo siguiente, Jesus se aparecio de nuevo para dar la prueba de Su resurreccion al apostol incredulo (Jn. 20:24-29). Es entonces, por lo que parece, que los apostoles se dirigieron a Galilea. El Evangelio

habla de siete de ellos que pescaban en el mar de Tiberiades, cuando el Señor se les aparecio (Jn. 21). Les dio tambien una cita en un monte de Galilea; es alli que les confio la Gran Comision, prometiendoles Su poder y Su continua presencia (Mt. 28:16-20). Los quinientos discipulos de los que habla 1 Co. 15:6 es probable que asistieran a esta solemne delegacion de autoridad. Mas tarde, el Señor aparecio tambien a Jacobo (v. 7), pero no sabemos donde. Finalmente, Jesus envio a los apostoles a Jerusalen, y los condujo al monte de los Olivos, en un lugar desde donde se divisaba Betania (Lc. 24:50, 51); de alli fue tomado al cielo, y una nube lo quito de sus ojos (Hch. 1:9- 12). Asi, el NT menciona diez apariciones del Salvador resucitado, a las que Pablo añade su encuentro con Jesus en el camino de Damasco (1 Co. 15:8). Pero es indudable que hay otras apariciones que no han quedado registradas. Segun Hch. 1:3, «despues de haber padecido, se presento vivo con muchas pruebas indubitables, apareciendoseles durante cuarenta dias». Sin embargo, ya no se mantuvo constantemente en contacto con Sus discipulos como antes; se manifestaba ante ellos en ciertas ocasiones (Jn. 21:1). Los cuarenta dias entre la resurreccion y la ascension fueron un periodo de transicion, destinado a formar a los discipulos en vista del futuro ministerio que iban a asumir. Habia necesidad de que Jesus demostrara claramente, en diversas oportunidades, que habia realmente resucitado. Ya se ha visto anteriormente que estas pruebas las dio de una manera plena y concluyente. El Señor tenia que completar Sus enseñanzas sobre la necesidad de Su muerte y sobre el caracter de la Iglesia que iba a establecer mediante el ministerio de ellos. Tambien tenia que mostrar a Sus discipulos como Su obra era el cumplimiento de las Escrituras; tambien era este el momento para empezar a hacerles comprender que se avecinaba una nueva dispensacion. Antes de la muerte de Jesus, los Suyos no estaban preparados para recibir tal enseñanza (Jn. 16:12). Tambien, las experiencias durante aquellos cuarenta dias ayudaron a los discipulos a reconocer que, aunque ausente, su Señor estaba vivo, y muy cercano a ellos, aunque invisible; que habia entrado en una vida nueva, con un cuerpo como aquel en el que le habian conocido y que, ademas, habia sido ahora glorificado. Asi, los suyos fueron llevados a proclamar por todo lugar la divinidad del Unigenito Hijo, verdadero rey de Israel, tambien el Hombre de Nazaret, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Mientras tanto, los judios afirmaban que los discipulos habian robado el cuerpo de Jesus. El dia de la crucifixion, los principales sacerdotes le habian pedido a Pilato que hiciera guardar la tumba por una guardia de soldados, por miedo a que el cuerpo de Jesus fuera sustraido. Cuando se produjo la resurreccion, acompañada del descenso de un angel que hizo rodar la piedra del sepulcro (Mt. 28:1-7), los guardias se aterrorizaron y huyeron. Paganos y supersticiosos, seguramente no fueron mas tocados por lo que habian visto que el comun de las personas ignorantes que piensan ver fantasmas. Las autoridades judias afectaron creer en una supercheria de parte de los discipulos, y explicaron de esta manera la afirmacion de los soldados, a los que sobornaron para reducirlos al silencio acerca de la resurreccion de Jesus. Asi se esparcio la historia de que el cuerpo habia sido quitado mientras dormian los de la guardia (Mt. 28:11-15). El dia de Pentecostes, los apostoles empezaron a dar testimonio de la resurreccion de Jesus; el numero de los creyentes aumento rapidamente (Hch. 2). Los principales sacerdotes se esforzaron entonces, no mediante argumentos, sino por la violencia, en destruir este testimonio y en aplastar la naciente secta (Hch. 4). Hay por lo tanto dos hechos que permanecen irrefutables:
(I) No ha habido nunca ninguna persona capaz de mostrar el cuerpo muerto de Jesus. Los judios hubieran podido sacar de ello el maximo partido, porque de esta manera hubieran cerrado definitivamente la boca a los discipulos. Por otra parte, si los cristianos hubieran estado en posesion del cuerpo, no se hubieran podido refrenar de embalsamarlo y de rodearlo de un verdadero culto.
(II) Si los discipulos hubieran afirmado falsamente la resurreccion de su Señor, nada los hubiera llevado al martirio, y ello por millares, para sustentar una falsedad consciente. La Iglesia primitiva estaba totalmente convencida del hecho de la resurreccion. Toda la transformacion de los apostoles y el dinamismo inaudito de los primeros cristianos no puede tener otra explicacion, ni psicologica ni espiritualmente, sino solo por el hecho de que eran testigos fidedignos de la resurreccion de Cristo, con todas las consecuencias que ello comportaba.
Este articulo no tenia el proposito de desarrollar las enseñanzas del Señor Jesucristo, sino el de presentar el marco exterior e historico de Su existencia terrena. Los Evangelios nos revelan gradualmente la personalidad de Jesus y Su mensaje. Esta revelacion misma constituye una de las pruebas mas solidas de la veracidad de los relatos que se hallan en la base de nuestra

informacion. Por Su humanidad, Cristo se situa sobre el plano historico y en un medio particular. Su vida se desarrolla de una manera natural, sin detenerse, dirigiendose con un proposito definido. Esta existencia autenticamente humana pertenece a la historia, pero Jesus declara abiertamente que el es mas que un hombre (cfr. p. ej., Mt. 11:27; Jn. 5:17-38; 10:30; 17:5, etc.); se revela poco a poco a Sus discipulos, que quedan impresionados por Su dignidad soberana (Mt. 16:16; Jn. 20:28). Mas tarde, bajo la luz del Espiritu, de la reflexion y de la experiencia, se les fue desvelando mas y mas el hecho de Su divinidad.
El ultimo de los apostoles supervivientes vino a ser el cuarto evangelista. Relatando la carrera terrena de su Señor, lo presenta como la encarnacion de Aquel que es el Verbo de Dios. Pero Juan nunca descuida ni disimula el aspecto humano de Jesus. Nos hace, de este Hombre incomparable, un retrato sumamente preciso. «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» (Jn. 1:1). «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigenito del Padre), lleno de gracia y de verdad» (Jn. 1:14).
«Estas (cosas) se han escrito para que creais que Jesus es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengais vida en su nombre» (Jn. 20:31). Para otros aspectos de la persona y obra de Jesucristo, veanse CRISTO, HIJO DE DIOS, HIJO DEL HOMBRE, REDENTOR, SALVADOR

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