GROSURA
Formando la parte mas rica del cuerpo de la victima, debia ser ofrecida a Dios sobre todo lo demas: «vianda es de ofrenda que se quema en olor grato a Jehova; toda la grosura es de Jehova» (Lv. 3:16). Abel ofrecio a Dios la grosura de los primogenitos de sus ovejas (Gn. 4:4; cp. Nm. 18:17).
Por la ley mosaica, toda la grosura de los animales sacrificados pertenece a Jehova. Hay una prohibicion expresa de comer de ella (Lv. 3:3, 9, 17; 7:3, 23, 25), al igual que sucede con la sangre (aunque la prohibicion de comer grasa queda limitada a la ley ceremonial mosaica; no asi con la de comer sangre, que se extiende a toda la humanidad, y que no ha dejado de tener vigencia, Gn. 9:3, 4; cp. 15:20, 28-29). Quemada sobre el altar, la grosura era para Jehova un sacrificio de olor grato (ex. 29:13, 22; Lv. 4:8-10, 31). Evidentemente, con ocasion del establecimiento en Canaan y por la distancia que separaba a la
mayor parte de los israelitas del santuario central, se abolio la prescripcion de quemar la grosura cuando se trataba de animales dedicados unicamente a su consumo como alimento (Dt. 12:15, 16, 21-24).
En Is. 1:11 se traduce «sebo». En el pasaje de Neh. 8:10, donde se ordena: «id, comed grosura, bebed vino dulce», el termino traducido «grosura» no es «cheleb», como en los otros pasajes, sino
«mashmannim», lit., sustancias aceitosas, y aparece unicamente en este pasaje en todo el AT. Es evidente que no se refiere a grasa animal. Aparentemente se refiere a comidas deliciosas.
La grosura, en tipologia, representa la energia interna del Señor Jesus en su ofrenda de Si mismo a Dios.